Lo admito, como me has obligado a admitirlo otras muchas veces. Al final siempre me arrancas las palabras y los sentimientos. Todavía no he logrado erigir una frontera que funcione contigo; y no sé si molestarme en seguir trabajando en ello o desistir de una vez. Admito que necesitaba dos palabras de tu boca. A lo sumo tres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario